¿Porqué nos emborrachamos? 🍻
BIOQUÍMICA
6/28/20252 min read
Cuando hablamos de “alcohol” en la vida cotidiana, solemos referirnos al alcohol etílico o etanol (EtOH), el que está presente en las bebidas alcohólicas. Pero desde el punto de vista químico, el “alcohol” es una clase de compuestos orgánicos que contienen un grupo funcional –OH (hidroxilo). Hoy nos centraremos en el etanol, el alcohol conocido por todos ya que es la molécula que se encuentra en cualquier bebida alcohólica
¿De dónde sale el alcohol?
El etanol que consumimos se produce mediante la fermentación de azúcares presentes en frutas, granos o almidones, un proceso llevado a cabo por levaduras. Estas microorganismos transforman la glucosa en etanol y dióxido de carbono (CO₂):
C6H12O6⟶2 C2H5OH+2 CO2
Así se obtiene el alcohol en cervezas, vinos y otras bebidas. Pero una vez lo ingerimos... ¿qué ocurre en nuestro cuerpo?
El viaje del etanol en tu cuerpo
El etanol es altamente soluble tanto en agua como en grasas, lo que le permite:
- Disolverse en la sangre rápidamente.
- Atravesar fácilmente las membranas celulares.
- Penetrar la barrera hematoencefálica, una estructura que normalmente protege al cerebro de sustancias extrañas.
Una vez en el cerebro, comienza a interferir en la comunicación entre neuronas.
Neuronas, sinapsis y caos
Las neuronas no se tocan directamente: se comunican a través de espacios llamados sinapsis, donde liberan sustancias químicas llamadas neurotransmisores. El etanol altera este sistema de varias formas:
🔽 1. Inhibe la excitación (menos actividad cerebral)
Bloquea los receptores NMDA, que normalmente activan las neuronas.
Potencia la acción de GABA, un neurotransmisor inhibidor.
Resultado: las neuronas se disparan menos → somnolencia, lentitud, torpeza, descoordinación.
🔼 2. Estimula el sistema de recompensa
Aumenta la liberación de dopamina, relacionada con el placer, la motivación y el deseo.
Esto contribuye a la sensación inicial de bienestar y desinhibición.
🔄 3. Interfiere en la serotonina
Reduce la recaptación de serotonina, afectando el estado de ánimo y las emociones, y a veces provocando cambios de humor o inestabilidad emocional.
Nos emborrachamos porque el etanol altera el equilibrio neuroquímico del cerebro, potenciando la inhibición y reduciendo la excitación neuronal. Dependiendo de la dosis, esto puede causar:
Desinhibición (te sientes más sociable o impulsivo)
Dificultad para hablar o pensar con claridad
Pérdida de coordinación
Cambios emocionales
Amnesia parcial (lagunas mentales)
En dosis altas: pérdida de conciencia o incluso coma etílico
Pequeña aclaración
El etanol no mata neuronas directamente, pero el daño repetido (por consumo excesivo y crónico) puede alterar las estructuras del cerebro.